¡Esto No Camina!...

      Con diferentes variantes esta frase se repite con frecuencia: “esto no funciona…

«esto está mal»… «esta relación  ya no sirve»  o «esto no camina»

      Lo decimos de la situación internacional. Parece que cada vez es más difícil lograr el entendimiento entre las naciones. Lo decimos de nuestro propio país, cada vez que sucede algo impactante y negativo.                                                 

     Todo indica que la descomposición espiritual, social, política, moral y económica en la sociedad humana ha llegado a límites imposibles de restaurar… Y lo decimos también de la iglesia, del hogar o de las amistades. «¡La iglesia no camina, no sé lo que pasa.» «¡Esta anda mal!», o «mi matrimonio está fracasado» «Mis hijos son un caos» «Mi familia no camina». Y a veces todo parece que fuese así.                                                                                                             

     Hasta que de repente  nos conduce Dios a Romanos 14, donde nos plantea el problema de las relaciones con los demás, y nos sorprende con el V.12-13     

       «Es cierto, cada uno de nosotros tendrá que responder por sí mismo ante Dios.  Así que dejemos de juzgarnos unos a otros. Por el contrario, propónganse vivir de tal manera que no causen tropiezo ni caída a otro creyente.»

      Con razón el Apóstol Santiago declara: «¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?»

Santiago 4:1

      Es asunto de asumir responsabilidades… Entonces todo cambia. Descubrimos (con algo de pena) que Dios nos preguntará si estamos andando nosotros. Si estamos caminando en el Camino correcto,  o estamos mirando a los demás caminantes.       

      Cabe preguntarnos: Si tenemos dos caras?,…si somos los espectadores del mundo, la sociedad y la iglesia?, o si somos verdaderos actores involucrados en el triunfo del evangelio de Jesucristo con nuestra vida, acción y testimonio?.

       No es la iglesia la que camina. Eres tú, soy yo, y cada uno y cada otro, estamos caminando o estamos detenidos. Porque cuando estamos caminando, funcionando, ministrando y sirviendo a Dios, ¡todo funciona con la bendición de Dios! . Así que no esperes, ni pierdas tiempo para comenzar a caminar.