Desanimado (a) o Desalentado (a) ?

¿Siempre debo estar alerta ante el sentimiento de desánimo o el desaliento, el cual es un pecado. El desánimo dice, “me niego a aceptar el plan de Dios para mi vida”. El desaliento viene cuando nuestras expectativas son confusas. Todo esto llega como resultado de no dejar obrar plenamente a Dios en mi vida y por eso el desánimo o el desaliento se hace dueño de mis emociones. Es trágico aceptar a Jesús como mi “Señor”, para después dejar que el desaliento crezca dentro de mí cuando él frustra mis expectativas. Si Jesús es mi Señor, entonces Romanos 8:28 debe ser siempre mi lectura diaria. Es imposible tener lo uno sin lo otro.

 

Debo reconocer las causas del desaliento y verlas en su perspectiva correcta. ¿Soy acaso criticado por otros? ¡Pues que me regocijo por eso! ¿Acaso no me doy cuenta que Dios utiliza diamantes para pulir otros diamantes? Debo recordar entonces que fue la crítica de sus hermanos la que comenzó a llevar a José (hijo de Jacob) en su camino hacia el trono del faraón (después de pasar por cualquier cantidad de pruebas y desafíos increíbles); y Dios también permitirá que la crítica me ponga en un trono, será así si se lo permito. Sobre todo si la crítica es injusta, sin base y le he  entregado a Dios el control de la situación.

 

¿Estoy sufriendo por falta de éxito? ¿Acaso no me doy cuenta que el éxito es producto de la cuidadosa y perfecta programación divina y no la mía? ¿Y acaso no me doy cuenta que si soy fiel donde Dios me ubica, el éxito será inevitable?  “Su Señor le respondió: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor»”

(Mat. 25:21)

 

¿Estoy desalentado porque el camino es difícil, duro y doloroso? Si es así, debo percatarme de que Dios está arando un terreno para que produzca fruto a ciento por uno. Dios nunca me dará un camino duro a seguir sin un “pero después da cosecha de justicia y paz” (Hebreos 12:11). Cuando esté en dificultad debo orar, “Señor, dame paciencia para esperar tu «después»”.

 

¿Acaso estoy siendo acosado por Satanás, y sus susurros llegan a mi oído? Debo recordar la historia de la humanidad: «Todo aquél que ha escuchado a Satanás y ha obedecido sus insinuaciones, ha experimentado consecuencias funestas».