“¿Una agenda apretada? o Contando nuestros días con sabiduría”

Cuando comienza un nuevo año, una buena pregunta sería la que registra Lucas 9:25 “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo?”.       

 

Yo me lo pregunto de esta manera: «¿De qué le sirve a uno ganar y tener lo que te provoca  en abundancia sin dar a Dios el corazón, que  es lo único que pide, y tarde descubres  que al final la vida se termina, y no has logrado lo eterno ni  nada que puedas llevar para la siguiente etapa  porque no se puede?»

 

 Vamos a verlo así: «Todo el que lo conocía sabía que olía a éxito. Había triunfado en su campo y era conocido en la comunidad por sus impresionantes capacidades. Logró mucho  por la forma en que manejaba el tiempo.   

 

Tenía sus prioridades: “Los negocios,  la familia y Dios”…todos tenían su lugar.   Su familia admitía los límites de su agenda  y se ajustaba a ella obedientemente.               

 

También tenía tiempo para Dios. Una vez al día leía una breve lectura devocional: lo llamaba “los 60 segundos de Dios”,  El domingo, Dios recibía dos horas completas y también una ofrenda de su parte.    

 

Una secretaria protegía su tiempo. Nadie lo vio nunca sin antes hacer una cita. Nadie, hasta que... “Lo siento: no se le puede molestar. Está en una reunión.”    Aunque no lo sabía, ella tenía razón. Estaba en una reunión. Dios no había concertado previamente  una cita con Él, pero lo interrumpió de todas maneras.  Y lo que es más: Dios había decidido cuál sería la agenda de la reunión.  

 

“Esposo amante... Buen proveedor... Cristiano benefactor, y buena gente, fueron algunas de las frases pronunciadas en su funeral….Pero Dios dijo: “¡Necio!”…

¿Captas la idea?...

 

Podemos sacar el máximo provecho de nuestro tiempo y a la vez ignorar la eternidad. Podemos dejar que lo pasajero domine lo eterno. Por eso la lectura y la reflexión en el Salmo 90 es importante porque Cada año que pasa es un fiel testigo de lo pasajero y transitorio que es la vida; pero a su vez nos descubre lo eterno que es nuestro Dios y nos confronta con la durabilidad de la vida… Dios dice que la vida de los mortales es como: “Un día; tal vez más exacto: como una fracción de la noche; como torrentes de agua; como un sueño; como la hierba del campo; aún más: como un simple pensamiento que termina en un suspiro…todo esto a pesar de poder vivir 70 u 80 años…