"Un lugar para la Familia"


“Aquí estoy... ¡Envíame a mí!”

04.04.2011 18:03

 En el corazón de la persona  que ha sido llamada por Dios, y que ha conocido a Cristo como su Salvador y Señor,  surge de manera natural el deseo y el  compromiso de servirle en donde Él se lo indique, usando los dones que el Espíritu le da para bendición de otros… Una fábula que en otras oportunidades hemos citado en otro contexto dice que:

”La gallina le dijo  al cochinito: <Yo creo que Tú y Yo podríamos hacer algo para ayudar a resolver el problema del hambre en el mundo >
- <Me parece bien, ¿Qué podemos hacer? > preguntó el cochinito.
- <Yo podría poner huevos, y tu puedes poner el jamón >dijo la gallina.
-< Eres muy lista dijo el cochinito,… a ti poner los huevos y aportarlos no te cuesta mucho, con un pequeño esfuerzo lo lograrías, a mi el aportar el jamón me cuesta la vida >…
Es muy significativa e importante la lección que podemos sacar de esta fabula: ¿Cuál es tu compromiso en la obra de Dios? ¿Compromiso de gallina o compromiso de cochinito? ¿Hasta donde estás comprometido? ¿Estás dando  algo de ti o has rendido toda tu vida a Dios?
El profeta Jeremías le había rendido todo a Dios, el Señor le reveló su llamado: «Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones.» Yo le respondí: «¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!» Pero el Señor me dijo: «No digas: "Soy muy joven" , porque vas a ir a dondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte.» Lo afirma el Señor. (Jeremías 1:5-8).
La primera reacción de Jeremías fue resistirse al compromiso, no se sentía preparado ni maduro para semejante tarea, pero Dios lo retó y le aseguró su respaldo divino para su ministerio.
No le pongas limites a Dios, Él ha prometido ungirte y respaldarte si eres fiel a su llamado.
 Mira como lo razona la Palabra en  
Romanos10:13 15   
          
“Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».  Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»”  Quiera el Señor que podamos aceptar el reto, y decir como el profeta Isaías al responder a sus preguntas:Entonces oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?  Y respondí:  —Aquí estoy. ¡Envíame a mí!”  
Isaías 6:8       
      
 Es una responsabilidad de todo creyente atender el llamado a llevar la Buenas Nuevas de Salvación a aquellos que no la conocen.¿ Ya lo atendiste?      
                                                                                               ¡Que tu compromiso sea total!
 

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