"Un lugar para la Familia"


Conocer a Dios con el corazón

14.09.2012 01:21

 

«Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a Él en su muerte.»

Filipenses 3:10

       Nunca se enfatizará demasiado la importancia de que nuestros corazones se compenetren y se saturen del encanto de la belleza de la naturaleza y el carácter de Dios.  Tenemos que procurar estar cada vez mas convencidos de su benevolencia, de su amor, de su generosidad, su bondad, su piedad, su compasión y su diligencia para ayudar y bendecir.  De su fidelidad, de su poder sin límites, de su infinita sabiduría; en una sola palabra, tenemos que procurar conocer a Dios, no según la perspectiva humana o según la limitada capacidad del hombre para verlo, sino de acuerdo con la revelación que Él ha hecho de sí mismo en la Biblia.

     El conocer a Dios de corazón nos impulsa hacia la santidad.  Mientras mejor lo conocemos, mas constreñidos nos sentimos a admirar y a decir: «¡Qué ser tan amoroso es el SEÑOR!» y especialmente cuando vemos su maravilloso amor en Cristo Jesús hacia una criatura perversa y culpable como somos tu y yo. Mi corazón, entonces, es constreñido a procurar imitarlo, y a ser más semejante a Él.

    Conocer a Dios de corazón también nos impulsa hacia la felicidad.  A medida que conocemos al SEÑOR más y mejor, somos también mas felices.  Es cuando estamos en completa ignorancia de Dios que no tenemos ni paz verdadera ni alegría auténtica.  Y cuando comenzamos a familiarizarnos un poco con Dios, comienza nuestra paz y nuestro gozo; quiero decir nuestra verdadera felicidad.  Y digo comienza, porque mientras mas lo conocemos y nos acercamos a Él, más felices somos.  ¿Qué es lo que nos hará inmensamente felices en el cielo?  El pleno conocimiento de Dios.  Lo conoceremos de una manera infinitamente superior a como lo conocemos ahora.

    Por último, el conocer a Dios de corazón nos hace mas útiles en su servicio aquí en este mundo.  Es imposible que podamos hablar de lo que Dios ha hecho por los pecadores sin sentirnos impulsados a vivir y a trabajar para Él.  Te pregunto: ¿Qué puedes hacer por el SEÑOR que ha derramado sobre ti su Amor y dones? Entonces, ¿Sientes el deseo de hacer algo para servirle a Él, en su obra?  Padre bueno, que privilegio es conocerte y ser tu hijo (a). Conocer tu Amor supera cualquier otro conocimiento. Purifica mi corazón para que yo pueda conocerte más y más. Amén…

 

 

Adaptado por  Ligia Fajardo. Tomado de : FE. George Müller

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