"Un lugar para la Familia"


El Papel Arrugado…

03.11.2012 19:17

 

Mira y lee con detenimiento esta ilustración e identifica la lección que ella nos da. Creo que vale la pena asimilarla y tenerla presente en tu día a día…

Un hombre comentaba reconociendo su mal carácter:

«Mi carácter impulsivo me hacía reventar en cólera a la menor provocación,…La mayor parte de las veces después de uno de esos incidentes me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien yo había dañado con mi reacción….

 

Un día un sicólogo, quien me había visto dando excusa  después de una de esas explosiones de ira, se me acercó, y me entregó un  papel sin uso, muy liso y bonito, me dijo: <Toma este papel y apriétalo, arrúgalo, estrújalo>,…Me asombró y extrañó aquella petición, pero acepte hacer lo que me pedía este hombre, hice una “bola” con el papel, inmediatamente agregó: <Ahora déjalo en las mismas condiciones de liso como estaba antes>. Por supuesto, por más que trate, el papel quedó lleno de arrugas, entonces el  sicólogo me dijo: <El corazón de las personas es como  ese papel, la impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar  como esas arrugas en el papel, aunque intentes enmendar el error, ya estará hecha una marca>»

 

Gracias a los impulsos descontrolados que sin pensar arrojamos desde nuestros labios,  palabras llenas de odio, rencor, murmuración, deslealtad  y crítica,  luego  cuando nos damos cuenta es como un poco tarde, aunque nos arrepentimos, no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedo grabado, y los más triste es que dejamos “Arrugas” en muchos corazones…en los Vecinos, los Amigos, los Hijos, los Padres, los Esposos y Esposas, los Colegas, los Hermanos en la iglesia entre otros.

 

Mira lo que dice 1 Corintios 13:4-7 (La Biblia en lenguaje sencillo): “El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo”. 

 

Mira y lee con detenimiento esta ilustración e identifica la lección que ella nos da. Creo que vale la pena asimilarla y tenerla presente en tu día a día…

Un hombre comentaba reconociendo su mal carácter:

«Mi carácter impulsivo me hacía reventar en cólera a la menor provocación,…La mayor parte de las veces después de uno de esos incidentes me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien yo había dañado con mi reacción….

 

Un día un sicólogo, quien me había visto dando excusa  después de una de esas explosiones de ira, se me acercó, y me entregó un  papel sin uso, muy liso y bonito, me dijo: <Toma este papel y apriétalo, arrúgalo, estrújalo>,…Me asombró y extrañó aquella petición, pero acepte hacer lo que me pedía este hombre, hice una “bola” con el papel, inmediatamente agregó: <Ahora déjalo en las mismas condiciones de liso como estaba antes>. Por supuesto, por más que trate, el papel quedó lleno de arrugas, entonces el  sicólogo me dijo: <El corazón de las personas es como  ese papel, la impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar  como esas arrugas en el papel, aunque intentes enmendar el error, ya estará hecha una marca>»

 

Gracias a los impulsos descontrolados que sin pensar arrojamos desde nuestros labios,  palabras llenas de odio, rencor, murmuración, deslealtad  y crítica,  luego  cuando nos damos cuenta es como un poco tarde, aunque nos arrepentimos, no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedo grabado, y los más triste es que dejamos “Arrugas” en muchos corazones…en los Vecinos, los Amigos, los Hijos, los Padres, los Esposos y Esposas, los Colegas, los Hermanos en la iglesia entre otros.

 

Mira lo que dice 1 Corintios 13:4-7 (La Biblia en lenguaje sencillo): “El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo”. 

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