"Un lugar para la Familia"


Nuestro Dios admirable

28.03.2011 18:45

 En nuestra cultura, el nombre de Dios es mencionado a menudo con poca reverencia. De hecho, muchos lo utilizan en vano. Incluso entre aquellos que le aman, es demasiado común usar su nombre de modo casual, sin tomar el tiempo para reflexionar en quién es Él. Cuando usted ora en las comidas, ¿se da cuenta de que está hablando con el todopoderoso Dios Creador que gobierna sobre todas las cosas?

Nuestro concepto del Señor toca tres aspectos de la vida. Primero, afecta nuestras oraciones. Cuando le conozcamos mejor, nuestros deseos comenzarán a parecerse a su ideal para nosotros, y nuestras peticiones serán más conforme a sus propósitos. Además, al reconocer su grandeza y poder, tendremos más confianza de que podrá lograr grandes cosas, y nos atreveremos a "pedir cosas grandes".
Segundo, nuestra comprensión de su justicia y bondad afecta nuestra conducta. Si Dios tiene estos atributos, sin duda nos conviene obedecer gozosamente. Ansiaremos la justicia, y nos apresuraremos a arrepentirnos del pecado.
Tercero, nuestra fe se ve afectada. El comprender que Cristo es santo, compasivo y poderoso, desarrolla nuestra fe en Él. Conocer a nuestro Dios admirable y recordar sus grandes hechos, fortalecerá aun más nuestra confianza en Él.
¿Conoce usted personalmente a nuestro bendito y amoroso Padre celestial? El Señor le invita a tener una relación estrecha con Él. Pero, como en cualquier buena amistad, el tiempo y la intencionalidad son necesarios para entenderlo y aprender sus caminos. Cuanto más lo haga, mayor será el efecto en sus oraciones, y en su fe y conducta.
Apocalipsis 4:9-11 (NVI)
Cada vez que estos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postraban ante él y adoraban al que vive por los siglos de los siglos. Y rendían sus coronas delante del trono exclamando:
   «Digno eres, Señor y Dios nuestro,
      de recibir la gloria, la honra y el poder,
   porque tú creaste todas las cosas;
      por tu voluntad existen  y fueron creadas
 

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